Hábitos alimentarios de una cena ligera y nutritiva para conseguir un sueño reparador.

5 hábitos alimentarios para ayudarte a conseguir un sueño reparador

Dormir adecuadamente es esencial para una buena salud física y mental, y una de las distintas maneras de ayudarte a conseguir un sueño reparador es a través de la alimentación.

Establecer una rutina para dormir, poner horarios para cumplir con tus horas de sueño y mejorar tus hábitos alimentarios a la hora de cenar, son pequeños cambios con los que puedes consentir a tu cuerpo y conseguir un sueño reparador. En este artículo te compartimos algunas recomendaciones, las cuales puedes integrar a tu día a día y notar un cambio positivo.

¿Qué hábitos alimentarios pueden ayudar a tu cuerpo a conseguir un sueño reparador?

1. Procura una cena ligera y nutritiva que te ayude a dormir mejor

Hay muchas estrategias que se pueden implementar para mejorar el sueño, una de ellas es incluir en la cena alimentos que brinden triptófano, aminoácido que produce melatonina, hormona clave para regular los ciclos del sueño. Pero el triptófano es esencial, es decir, el cuerpo no lo fabrica y por lo tanto solo se obtiene a partir de la alimentación.1

Algunos alimentos que contienen triptófano son: carnes blancas como pavo y pollo, huevo, lácteos, frutos secos y semillas, y frutas como el plátano. Es preferible integrarlos en tu cena, consultando las porciones adecuadas con tu nutriólogo para que siempre sea ligera, nutritiva y que no dificulte tu digestión durante las horas de reposo, por ejemplo un bowl de cereal con leche acompañado de frutas y semillas.

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Conoce más en: ¿Qué alimentos me pueden ayudar a dormir mejor?

2. Beber algo tibio, sin cafeína o estimulantes

Desde hace muchas generaciones mamás y abuelas siempre recomiendan que un vaso de leche caliente ayuda a dormir mejor. Sin embargo, Neil Stanley, experto independiente del sueño, menciona en su libro que las bebidas calientes estimulan el sueño si forman parte de una rutina para dormir, ya que la mente se equilibra y toma dicha acción como un proceso para descansar.2

Pero no cualquier bebida caliente es recomendable, deben ser de preferencia sin cafeína, incluidos el café, el té y los refrescos, ya que la cafeína contiene sustancias que reducen la sensación de cansancio y fatiga, ponen en alerta la mente y provocan una privación del sueño.

3. Cenar 2 o 3 horas antes de ir a la cama

Come inteligentemente por las noches a través de una cena ligera y nutritiva al menos 2 o 3 horas antes de irte a la cama, dejando así tiempo suficiente para que tu cuerpo haga digestión y no interfiera en tus horas de sueño.

Mujer disfrutando de un sueño reparador al integrar hábitos alimentarios en la cena.

4. Conoce tu cuerpo y sus intolerancias alimentarias

Ser intolerante a determinados alimentos sin saberlo puede ser una de las causas por las que no consigues un sueño reparador. De hecho, existen una gran variedad de intolerancias que muchos desconocen y creen que un alimento solo “les cae pesado”, como la lactosa, fructosa o gluten.

En este caso, lo recomendable es acudir con un especialista y seguir sus instrucciones alimentarias para que los síntomas de la intolerancia no afecten tu descanso.

5. Controla tus cantidades y opta por una cena ligera

Una cena nutritiva en la que incluyas #CerealesKelloggsParaTodos, proteínas, frutas y grasas, será suficiente para no irte a la cama con el estómago vacío y ayudarte a descansar de manera placentera, respetando las cantidades recomendadas de cada grupo alimenticio.

Leer más: ¿Cuál es el secreto de una cena ligera?

Sigue estos hábitos alimentarios e incorpóralos a tu rutina para dormir, ya que los seres humanos actuamos más por costumbre y, si adaptas tu cerebro a ellas, las interpretará como pautas para prepararse a descansar.

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1. Corbella G., José M. (2007). La alimentación y el sueño. Estrategias nutricionales para evitar el insomnio. Offarm.
2. Neil S. (2018). How to sleep well, the science of sleeping smarter, living better and being productive. Capstone.



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